EEUU retira a más de la mitad del personal de su embajada en Cuba tras ‘ataques acústicos’.

 EE.UU ordenó el regreso de un 65 por ciento de sus diplomáticos, no esenciales, en Cuba, así como sus familiares, luego de los misteriosos ataques acústicos  que sufrió su personal en La Habana, y dejó a varios de ellos un daño cerebral permanente, la medida trasciende en la prensa internacional, este 29 de septiembre, a raíz de conocerse el comunicado del Gobierno norteamericano.

  A consecuencia, la representación diplomática de EE.UU en la capital cubana seguirá funcionando, pero con personal reducido, además la medida incluye la suspensión, de momento, de una parte de los servicios consulares que se venia dando a los cubanos.

  En un comunicado escrito, el secretario de Estado, Rex Tillerson, indicó que la decisión de reducir su presencia diplomática en La Habana fue hecha para resguardar la seguridad de su personal. «Mantenemos relaciones diplomáticas con Cuba y nuestro trabajo con Cuba sigue siendo guiado por los intereses de seguridad nacional y política exterior de Estados Unidos. Cuba nos ha dicho que seguirá investigando estos ataques y nosotros continuaremos cooperando con ellos en este esfuerzo».

  La medida incluye también la suspensión indefinida de emisión de visas a cubanos y la publicación de advertencias a estadounidenses que visiten la isla caribeña de la posibilidad de que se vean afectados por estos misteriosos ataques acústicos en hoteles de la capital.

  La decisión del gobierno de Donald Trump se produce tras una amplia investigación llevada a cabo por el Departamento de Estado sobre la seguridad de sus diplomáticos en La Habana y luego de discusiones con el gobierno de Raúl Castro, quien negó categóricamente que hayan llevado a cabo tales ataques.

  El la decisión es anunciada tres días después del martes 26 de septiembre cuando el secretario de Estado, Rex Tillerson, se reunió con el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, quien insistió en negar los ataques, agregando que el gobierno estadounidense estaba politizando el incidente. En todo caso, dijo que seguirá trabajando con el Departamento de Estado para aclarar lo sucedido.

  En una inusual conversación cara a cara a cuyos detalles tuvo acceso la agencia de noticias Associated Press, Raúl Castro le dijo al embajador de EEUU en La Habana, Jeffrey DeLaurentis, que estaba igual de perplejo por los ataques. En lugar de dejar que sus subordinados se encargaran del asunto, Castro negó personalmente cualquier responsabilidad de su gobierno.

  «Los cubanos incluso se ofrecieron a permitir el ingreso del FBI a La Habana para que investigara. Las agencias de seguridad de ambas naciones han cooperado con mayor frecuencia desde que se descongelaron las relaciones entre Estados Unidos y Cuba en 2015. Sin embargo, el permiso de entrada fue extraordinario», citó en ese entonces AP.

  Hace algunos meses las autoridades estadounidenses determinaron que su personal diplomático en Cuba comenzó a experimentar pérdida de la audición, náuseas, dolores de cabeza, desórdenes del equilibrio, o más grave, como lesiones cerebrales traumáticas leves y daños al sistema nervioso central.

  En total fueron afectadas 21 personas relacionadas con su embajada en La Habana, en lo que la prensa ha bautizado como «ataque acústico».

  Tillerson llegó a la conclusión el pasado martes tras reunirse con su contraparte cubano que el gobierno de Castro no estaba en condiciones de garantizar la seguridad de su personal diplomático en la isla y que por ello se ha decidido llevar al mínimo la actividad diplomática y consular estadounidense en La Habana, según indicó una fuente del Departamento de Estado al diario The New York Times.

  El jefe de la diplomacia estadounidense incluso estaba considerando cerrar la embajada completamente, pero decidió no hacerlo tras la creciente información que han recibido que apunta a que el gobierno cubano no es responsable de los ataques y que un tercer país está detrás de los misteriosos bombardeos acústicos.

  Cuando el FBI revisó las viviendas de diplomáticos de EEUU en la isla no fue capaz de detectar alguna irregularidad y la inspección de las cámaras de seguridad no halló nada sospechoso. Según el Times, el FBI no ha sido capaz de imitar en laboratorio los efectos que han experimentado los diplomáticos.

  Otro de los hechos que han llevado a la hipótesis de que Cuba quizás no esté involucrada, es que un diplomático canadiense también se vio afectado por los ataques acústicos. La Habana y Ottawa han tenido relaciones muy estrechas durante décadas.

  Citando a un funcionario no identificado, el Times señala que este incidente pudo haber sido obra de un trabajo de espionaje o de vigilancia con dispositivos tecnológicos de algún otro país como Rusia que terminó mal.

  En relación a la advertencia del Departamento de Estado a los turistas del país que viajen a la isla, un comunicado escrito indica que también podrían estar en riesgo y recomienda simplemente «no viajar a Cuba».

  «Los ataques han ocurrido en residencias de diplomáticos y hoteles frecuentados por ciudadanos estadounidenses (…) Debido al retiro de personal, la embajada de EEUU en La Habana tiene limitaciones para asistir a sus ciudadanos».
RD/MH,30-09-2017,Madrid.

MH

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