El Obama de los cubanos.
periodista Yudith López/ MH, Quito, Ecuador.
«El Obama de los cubanos». Para el pueblo de Cuba hay dos presidente Obama, uno que desde los Estados Unidos decide las cuestiones más importantes del mundo y otro, casi ciudadano común paseándose en estos días con su familia, por las calles de la Habana.
Sarah Bermúdez, cubana residente en la ciudad de Cienfuegos, asegura que el gobernante norteamericano no solo está haciendo historia por su visita a la isla; sino, además, por el modo de llegar a las personas, obviando protocolos y rigideces que imponen su cargo.
Y no es para menos, el líder de la Casa Blanca ha conquistado simpatías desde que anunció su viaje, y luego puso broche de oro al escribir en su cuenta de twitter un «Que bola Cuba», la manera popular de saludarse entre los amigos en Cuba.
Sorprendidos, los capitalinos lo vieron desandar bajo una lluvia pertinaz por las calles de la Habana Vieja. «Se nos antoja un conocido de toda la vida, tan lejano a estereotipos y convencionalismos», dijeron algunos.
Desde el domingo, Barack Obama no deja de impresionar a los cubanos, quienes suben vídeos a las redes sociales donde muestran a un presidente cenando en un restaurante particular o saludando a los vecinos aglomerados en balcones y azoteas. Nadie quiere perder un detalle, a fin de cuentas, hacía casi 90 años desde la última visita de un mandatario americano a la nación.
Reinier Mely, quien resultó el mesero presidencial en la «paladar» San Cristóbal, dijo emocionado que fue un honor servirle a un hombre que se mostró humilde, cordial y absolutamente satisfecho con la sazón criolla. Gran revuelo causó igualmente la conversación entre el dignatario y Pánfilo, emblemático personaje humorístico de la televisión cubana, y que a decir del propio presidente, ya alcanzó más de 2 millones de visitas en YouTube.
Por su parte, Darío Almeida, residente en Ecuador, enfatizó que este hecho histórico marca un hito en las relaciones entre ambos países y a pesar de todo, derrumba los conceptos que hasta el momento tenía el pueblo sobre la gobernación americana.
«No se trata de ser fanáticos de su gestión, pero logró establecer una empatía muy especial con la gente. Más allá del entendimiento al que pueda llegar o no con los dirigentes de Cuba, ya obtuvo el respeto y la admiración dentro y fuera de la Patria, aunque la comunidad en Miami lo tilde de traidor.»
Durante su estancia, el gobernante también encontró espacio para fotografiarse con la imagen del Che, situada en la Plaza de la Revolución, rendirle tributo a José Martí e intercambiar ideas con emprendedores privados, sobre quienes aseguró tienen en sus manos el futuro del país.
Yudith López/ MH, Quito, Ecuador. 22/03/2016.