El general quiere morir en paz.
El general quiere morir en paz.
Pepe lleva dos noches sin dormir. La primera, la pasó en el hospital cuidando a su nieta, quien ingresó hace tres días con vómitos y diarreas, una virosis de moda, por estos días, en Cuba.
Por: Yasser Rojas, Portland. USA
La segunda noche la pasó en la cola de la farmacia para intentar comprar las medicinas de la diabetes de su esposa, pero no alcanzó, y terminó comprándolas a un revendedor.
“Las medicinas las sacan de poquito en poquito y casi siempre terminan en manos de revendedores que luego lucran con la enfermedad ajena.
En esta oportunidad no me fue mal en la “bolsa negra”, pues además de las medicinas para mi esposa, resolví jeringas desechables y mochitas para sueros que necesitaba mi nieta en el hospital, donde tampoco hay insumos suficientes y los familiares de los pacientes tenemos que “resolverlos” por fuera”, me comentó por Messenger
Con mi amigo Pepe conversé toda la mañana de este sábado, lo sentí tenso, pero no por su drama familiar.
¿Viste el desastre electoral?, me pregunta una y otra vez, hasta que no me queda mas remedio que responderle. Entonces me escribe:
“Acá se pensaba que seguiría Canel y los viejos pasarían a retiro, pero, según los rumores, se dice que los principales jefes militares y Raúl acotejaron todo, para que quedara todo igual; los fieles a la vieja guardia.
Este muchacho (se refiere al presidente Diaz-Canel) puede tener buenas intenciones, pero con la turba que tiene detrás, midiéndolo las 24 horas del día, no hay escape”. concluye
La misma decepción de Pepe la tiene Osmany, quien reside en Miami.
El pasado día 10 de octubre, Osmany publico en su red social Instagram, la tristeza que sentía por los resultados de las elecciones en Cuba.
Al cuestionarle por el Messenger su esperanza en que las cosas fueran diferentes, me respondió: “Yo veo a Cuba como un familiar enfermo terminal, que uno sabe que se va a morir, pero siempre guarda la esperanza que un milagro pueda suceder, y se salve”.
Las historias de mis dos amigos fueron el motor impulsor de este escrito. En el quiero exponer mi opinión sobre lo sucedido, y para ello, voy a empezar hablando de Democracia.
Aun sabiendo que donde vivo cualquier definición de Cuba como una democracia causará indignación, es imprescindible empezar diciéndoles que todo lo sucedido el pasado 10 de octubre, pudo pasar, precisamente porque en Cuba hay una Democracia.
Muchos de ustedes no lo creen, y se la pasan demandando fórmulas para que en Cuba se reconozca el pluralismo político, pero en Cuba hay una democracia popular y representativa, que es la culpable de todo, ya que, mediante el voto, los ciudadanos escogen y confieren “legitimidad democrática” a sus representantes, invistiéndolos con el poder político que reside en el pueblo.
Esos mismos representantes del pueblo, investidos del poder político, son los que deciden el futuro de todos. Cualquier reforma política en la Cuba actual, dependerá, única y exclusivamente, de esos representantes del pueblo, y eso lo sabe muy bien la cúpula gobernante.
Fidel y Raúl Castro gobernaron Cuba por 58 años, ambos fueron legitimados, más allá de las leyes, por la historia, pero su sucesor no goza del mismo privilegio. Distribuir el poder, ha sido necesario para motivar a que la gente crea, y la invitación del presidente a pensar como país, una estrategia, en una sociedad que cambia aceleradamente.
Lo que sucede en Cuba hoy, es un proceso lógico, que podrá ser más o menos creativo, en la medida que evolucione la salud del segundo Castro, quien todavía esta al frente de la fuerza dirigente y superior del Estado; el PCC.
Fidel Castro blindo legalmente el sistema cubano antes de abandonar el poder, para así garantizar su vejez. Ahora el general necesita asegurarlo, para morir en paz.
yrf/MH,12-oct-2019, Portland,USA.