Resistir, ¿pero con qué carajo? La triste Navidad de los cubanos en Venezuela.
Resistir, ¿pero con qué carajo? La triste Navidad de los cubanos en Venezuela. El personal cubano que labora en la Misión Barrio Adentro en Venezuela está sin dinero, Desde el pasado día 10 debían haberles depositado su salario correspondiente al mes de diciembre, pero hasta hoy, vísperas de Navidad, no les pagan.
Una comunicación de la fundación Barrio Adentro acababa con las esperanzas de los isleños de ver dinero en sus arcas antes de este 24 de diciembre.
por: Yasser Rojas Fuentes
“Por problemas de solvencia económica la Fundación Barrio Adentro no puede abonar el pago a los colaboradores cubanos, quedando pendiente, así como los aumentos correspondientes” se leía en la nota, que trajo malestar en quienes, lejos de su patria, entregan solidaridad.
“Las cosas están muy difíciles para nosotros. Nos advierten en todas las reuniones que no podemos hacer ningún tipo de negocios o inventar por fuera de nuestro trabajo, pero ¿de qué viviremos?, si no nos pagan” me comenta por messenger un amigo que cumple misión en Venezuela
Otro amigo, quien me envió la foto que acompaña esta nota , asegura que los cubanos sacan su buen humor hasta en las desgracias.
“Estaba en la reunión del núcleo del PCC y me entró un mensaje que al abrirlo tuve que reírme. Después observé la misma reacción en otros compañeros; eran los “jodedores” que hacen fiesta de cualquier desgracia. ¡Cubanos al fin y al cabo!
“Nos pagan 136 mil bolívares. Imagínate que un cartón de huevos cuesta 110 mil. El pago es “simbólico”, pero ya estamos acostumbrados desde Cuba, a que no alcance para nada.
A algunos en la misión nos deben un aumento de 60 mil bolívares desde el pasado mes de septiembre; la gente está loca por irse para Cuba. Si yo pudiera irme caminando o a nado te aseguro que no estuviera aquí “ me asegura una amiga doctora.
“Extraño mucho a los míos en Cuba. Ayer me llamaron y me contaron que mi padre de 75 años se había levantado a las 3 de la madrugada para hacer una cola y comprar la lechuga que se comerán en la cena de noche buena. De vivir allá, claro que me hubiera quedado durmiendo como el resto de la familia cuando el fue a hacer la cola, pero ahora valoro más a la familia y añore estar allí y acompañarlo.