Quién fue José Martí.

  Quién fue José Martí. Un cubano imprescindible para la Nación Cubana, -que somos los de esa tierra de perfume verde- Martí fue un intelectual, un revolucionario independentista que amasó la poesía, los manifiestos patrióticos y no dudo en poner su vida al servicio una causa, la de la libertad de Cuba, nació en La Habana el 28 de enero de 1853 hace, hoy, 164 años, ha pasado más de medio siglo y aun cuando no hemos leído lo suficiente sus textos, oculto en nuestras almas o a flor de piel, llevamos al menos un verso suyo.

  Nos dejó una herencia -no dinero-  una forma de comportarnos con independencia de si acariciamos el poder, si somos personas humildes, o encumbrados de conocimientos. En Cuba he visto a José Martí pernoctar en las plazas de las escuelas, observarnos desde edificios oficiales o locales del exilio, he sentido su musa inspirando a los artistas de diferentes maneras. En Cuba lo invocamos sin apenas conocerlo y es porque Martí fue muy extenso en pensamiento y acción, necesitaríamos dos vidas para estudiar la del. Hoy, una forma básica de entenderlo es saber que amó a Cuba como el que más y en consecuencia actuó por su independencia y el bien de los cubanos.

  -En mi saber, pues no conozco el de los entendidos- José Martí fue un humanista y el concepto de humanismo tiene varios usos, por ejemplo, se trata de la doctrina que se basa en la integración de los valores humanos. A su vez, puede hacer referencia a un movimiento renacentista, a través del cual se propuso retornar a la cultura grecolatina para restaurar los valores humanos. Los valores humanos son las ideas que comparten la mayoría de las culturas respecto a lo que se considera correcto, lo correcto puede ser lo que esté al servicio de todos lo integrantes de una nación por encima del interés del individuo o del estado que le gobierne.

  Los valores humanos que nos mostró José Martí son parte de nuestra identidad como personas y nos orientan en cómo actuar en la casa, en el trabajo, o en cualquier otro ámbito de nuestras vidas. Nos indican el camino para conducirnos de una manera y no de otra, frente a deseos o impulsos, estemos solos o con otros.

  Si tuviéramos la dicha de tener físicamente todavía a Martí, él, seguro no hubiera festejado la muerte de ningún cubano, aunque la agonía le haya sorprendido en la cama de un palacio, las sábanas azules del Mar Caribe, o la selva inmensa de Centroamérica, a Martí lo movió el amor a sus semejantes y padeció, en lo profundo de su ser, la orfandad de vivir distante de la Isla, no entendería Martí que los hijos de su nación emigren sin derecho a volver a la Patria, eso es destierro, el que él padeció.

RD/MH,28-01-2017,Madrid.

 

MH

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